Psiconutrición: cómo aprender a distinguir entre el hambre físico y el hambre emocional o apetito.
La acción de comer genera, en la mayoría de las ocasiones, una sensación de bienestar. Sin embargo, el simple hecho de estar contento o, por el contrario, ansioso o deprimido, puede influir y determinar la forma de alimentarnos. «Si estamos de buen humor y tranquilos es más fácil que nuestra alimentación sea adecuada. Cuando nuestro estado de ánimo es negativo, las sensaciones que lo acompañan pueden propiciar que busquemos el alivio o el refugio en la comida»,
Así, el estado de ánimo influye en la forma de alimentarnos y, como prueba de ello, la comida se convierte en el refugio más fácil y accesible.
La nutrición emocional busca, a través de habilidades psicológicas, aprender a distinguir entre el hambre físico y el que está marcado por la ansiedad o la apatía.
Trastornos de la conducta alimentaria.
Un trastorno de la alimentación es un trastorno relacionado con la alteración de los hábitos de alimentación comunes. Entre ellos se encuentran la anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón o el comer compulsivo, o la obesidad.
Los objetivos terapéuticos en el área psicológica son: orientación educativa o psiconutrición, modificación conductual, modificación cognitiva, adquisición de estrategias de autocontrol y de habilidades de afrontamiento adecuadas, y prevención de recaídas.
La Terapia Cognitivo-Conductual se muestra como un procedimiento útil para la pérdida de peso. Se trata de modificar no solo el peso si no los hábitos alimentarios y de vida.
Además, la dificultad en mantener los logros a lo largo de los años plantea la necesidad de hacer un programa de seguimiento y mantenimiento que pueda garantizar la pérdida de peso conseguida.
El planteamiento global del tratamiento se centra en cambiar el estilo de vida y este cambio está dirigido preferentemente a tres aspectos: la conducta alimentaria, propiamente dicha, la modificación de la vida sedentaria y la modificación de los factores de la vida emocional que repercuten en estos trastornos.
El objetivo es que el paciente descubra nuevas formas y conductas de alimentarse y las lleve a su vida diaria beneficiándose de un mayor bienestar.
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